sábado 29 de mayo de 2010
Acosados por humanoides: La oleada de 1973
Por Scott Corrales
El 4 de octubre de 1973, el agente de seguros de vida Gary Chase irrumpió en el cuartel de policía de Anderson, California y se dirigió directamente al sargento de guardia. "Mire, no estoy borracho, no fumo marijuana y tengo algo increíble que contarle". Durante los siguientes veinte minutos, Gary Chase describió lo acaecido a las 6:40 p.m. ese mismo día mientras que dirigía su automóvil hacia Simi Valley, 40 millas al norte de Los Angeles. Al llegar a su salida de la autopista, Chase se fijó en un objeto alargado con forma de cigarro puro que tomó por un dirigible, pero que desapareció con una rapidez inusual. El agente de seguros siguió su camino, mirando por la ventanilla de vez en cuando para ver si el objeto reaparecía, pero sólo alcanzó a ver una pequeña tolvanera saliendo del lado de la carretera, proveniente de un desfiladero. Movido por la curiosidad, Chase decidió dar la vuelta y regresar al lugar para echar un vistazo.
En el fondo del desfiladero, a 100 pies de dónde se encontraba el agente de seguros, un aparato de forma elíptica se cernía y basculaba a uno diez pies sobre el terreno. El objeto parecía tener unos treinta pies de largo y más de setenta de largo, con un color difícil de describir, pero que Chase asemejó "al imprimante de la pintura automotriz. Un aparato con forma de tubo colgaba del fondo del objeto y conducía a un riachuelo.
Atónito, el agente de seguros vio como un "ser" salía del enorme aparato para cotejar el funcionamiento del tubo, o al menos eso parecía. El ovninauta parecía un hombre de dimensiones normales que llevaba un uniforme ceñido "parecido al traje de un buzo" y cuyas facciones no podían verse por el escudo facial de su uniforme.
El humanoide se percató de la presencia de Chase, mirando directamente hacia la orilla del desfiladero. Acto seguido, el ser volvió a internarse en la extraña nave, esta vez gateando hacia la parte posterior del aparato.
Chase afirma haber escuchado un zumbido bajo semejante a una vibración. Una sustancia nubosa comenzó a cubrir el objeto; aunque la neblina artificial no llegaba hasta dónde el agente de seguros, el olor dulzón y desagradable sí lo hizo. La extraña nube tomó 60 segundos en formarse y para cuando se disipó, la enorme nave había desaparecido por completo. Otro factor de alta extrañeza lo es el hecho de que en ningún momento se acercó otro automóvil por la carretera--nadie que sintiese curiosidad por lo que veía Chase.
Dos días después de que Chase contara su experiencia a la policía, una maestra jubilada y su hija (cuyos nombres jamás fueron dados a conocer) salían de la comunidad de El Centro en la tarde del 5 de octubre de 1973 en dirección a San Diego cuando vieron un autobús de pasajeros de la compañía Greyhound en la orilla del camino. Otros automóviles y furgonetas se hallaban detenidos por delante y detrás del autobús. Pensando que se trataba de un accidente de tránsito, la maestra detuvo la marcha antes de llegar a la altura de los demás vehículos.
Pero al acercarse, descubrió que no se trataba de ningún accidente: todos los pasajeros del autobús, el chofer, y los ocupantes de los demás coches, se habían detenido para presenciar las maniobras de un objeto discoidal rodeado de un vapor resplandeciente y delicado.
La maestra jubilada y su hija declararon a R. Michael Rasmussen, director adjunto de la desaparecida organización APRO, que el objeto se elevó a una altura de 1200 pies, dando una vuelta y volviendo a bajar, antes de desaparecer en cuestión de un instante. Lo único que quedó fue el vapor brilloso -- ¿la misma sustancia que produjo la desaparición del enorme aparato visto por Gary Chase? Tal vez no se sepa nunca.
Timothy Green Beckley, futuro director de numerosas revistas sobre el fenómeno ovni, firmó un artículo para la revista SAGA UFO Report (invierno 1974) sobre un poblado en el estado de Texas que se había convertido en un punto de cita para el fenómeno OVNI en todas sus manifestaciones: desde comienzos del 1973, y llegando a su punto máximo en noviembre y diciembre de dicho año, los dos mil habitantes del poblado de Calvert, en el condado Robertson del centro de Texas, padecieron interferencia con sus radiorreceptores, misteriosas muertes de ganado vacuno y encuentros con seres desconocidos. Según Gracia Unger, directora del periódico Calvert Tribune, se habían registrado doscientos avistamientos fidedignos en un espacio de dieciocho meses aunque los vecinos de Calvert se mostraban reacios a abundar detalles. "Los que han visto ovnis creen en ellos", dijo Unger, "y los que no han sido expuestos al fenómeno de manera directa se burlan de los que lo han visto".
El 15 de noviembre de 1973, los vecinos del pequeño pueblo ganadero miraron al cielo para verlo lleno de esferas brillantes y parpadeantes de color violeta, rojo, amarillo y azul. El teléfono del periódico del pueblo no dejó de sonar al día siguiente mientras cientos de personas intentaban dar parte sobre lo sucedido. El 19 de noviembre, dos mujeres alegaron que su vehículo había sido perseguido por un "OVNI flamígero" (una década antes del célebre caso Cash/Landrum) al acercarse a Calvert. "No era más que un punto al principio, como una estrella, [visible desde] el lado izquierdo del coche, y luego cambió de lados. Descendió a 30 pies del terreno", explicó la testigo Faye Seely, "como desafiándonos a que nos acercáramos más..."
Mientras que el temor por lo desconocido alcanzaba niveles de crisis en Calvert, una mujer que se negó rotundamente a dar su nombre informó que a las 6 a.m. un día en el mes de noviembre había tenido un encuentro aterrador con un enorme monstruo de siete pies de estatura, que se movía tiesamente entre una neblina sumamente densa. El extraño ser bloqueaba el tránsito sobre el puente sobre el rio Brazos, que divide a Calvert en dos secciones.
Treinta años después resulta muy posible que ni siquiera los mismos habitantes de Calvert se acuerden de los eventos que hicieron de su comunidad un "punto caliente" del fenómeno OVNI. Sin embargo, el asedio OVNI de 1973 marca el comienzo extraoficial de las mutilaciones de ganado que devastarían a Norteamérica dos años después.
Tommy Blann tuvo la distinción de figurar entre los primeros investigadores del fenómeno de las mutilaciones a raíz de sus actividades ufológicas durante el asedio de Calvert. El investigador hizo la observación que los animales silvestres de la zona -- perros asilvestrados, coyotes y lobos -- representaban la primera línea de detección del fenómeno OVNI, ya que comenzaban a aullar, ladrar y correr por los bosques y parajes, a veces corriendo enloquecidamente hacia las autopistas. Poco después de esto descubriría que el ganado vacuno tenía su propia reacción, que consistía en aparecer muerto al día siguiente con heridas sumamente extrañas. En el Kings Ranch al sur de la megaurbe tejana de Houston se informaba que muchos animales habían desaparecido, incluyendo caballos purasangre y ganado de primera calidad. En la noche los ovnis se paseaban a sus anchas sobre el rancho, sembrando temor y confusión entre los peones.
Las mutilaciones también afectarían otras partes del país. El estado de Ohio, agobiado por semanas de intensa actividad, se vería obligado a enfrentar este nuevo fenómeno: el 14 de octubre la policía de la población de Greenfield recibiría una llamada de una mujer--casi histérica--que decía que un OVNI había aterrizado en su granja y que su única vaca se había esfumado.
El 22 de diciembre, los titulares del periódico Kansas City Times anunciarían la muerte inexplicada de más de cuarenta vacas en un pastizal que lindaba con la interestatal 81. Las vacas habían padecido la extracción de sus ojos, lenguas y órganos sexuales.
Minnesota, estado limítrofe con Canadá había sido fuente de casos de mutilaciones desde la primavera de 1973, cuando comenzaron a aparecer bovinos mutilados en los condados de Lyon y de Lincoln. Según el comisario A. Thompson, los afectados no habían visto ovnis sobre sus haciendas, sino los helicópteros negros que pasarían a formar otro factor en el alucinante fenómeno de las mutilaciones.
A modo de observación, resulta curioso que esta intensa actividad anómala se veía reflejada--aunque con diferencias un tanto significativas--en otros países. El autor Sebastián Robiou, comentando la casuísitica OVNI del Caribe en su libro Manifiesto OVNI, apunta que desde "mediados de diciembre de 1972 hasta finales de abril de 1973 nadie reportó un avistamiento en toda la República Dominicana [...] En Puerto Rico, excepto un extraño accidente de una avioneta [...] pasó otro tanto desde finales de octubre de 1972 hasta finales de septiembre de 1973. ¡Once meses de preparación de la nueva tormenta!".
A mediados de agosto del "año del humanoide", dos jóvenes puertorriqueños tendrían un encuento con lo desconocido mientras que conducían entre los pueblos de Sábana Grande y Maricao en el suroeste de la isla. Dispuestos a ir a un baile, lo menos en lo que pensaban los dos amigos eran "marcianadas" -- sin emabrgo, se dieron cuenta de una luz sobre una montaña cercana que pensaron provenía de un farol. Sin emabrgo al acercarse, se dieron cuenta que la luz aumentaba de dimensiones.
El chofer, Antonio Jusín, decidió encender las luces largas del coche para ver mejor. Lo que tomaron por "farol" se aumentó su brillantez exponencialmente, inundando los alrederdores de una luminosidad extraña. El objeto pasó por entonces sobre los jóvenes antes de desaparecer.
El inesperado destello de luz acabó fundiendo la circuitería del vehículo, dejando inservible la batería, el alternador, el radio y el tocacintas. Ni decir tiene que Jusín y su amigo nunca llegaron a la ansiada fiesta.
El 27 de septiembre se recibieron informes sobre un ovni plateado y alargado en horas de la mañana sobre la ciudad de Mayaguez; el 20 de octubre se produciría el ya legendario encuentro con seres humanoides en el Bosque Estatal del Caribe, mejor conocido como "El Yunque", protagonizado por el ingeniero Heriberto Ramos y ocho personas más, empeñados en grabar el paso de algún OVNI que pudiese sobrevolar la región.
La alta extrañeza no se hizo de rogar: llegando a la impresionante montaña a las 18:00 y comenzando el ascenso a la cima a pie, el grupo se encontró con tres muchachas "casi idénticas" que vestían igual y parecían desconocer la manera de bajar de la montaña. Para las 0:00, ya acampados entorno a una caseta de comunicaciones alumbrada por un farol exterior, los buscadores de platillos se dieron cuenta de que algo les acechaba: no tardaron en escuchar ruido y descubrir huellas profundas en el terreno.
Heriberto Ramos y Efrain Arroyo, un estudiante de universidad, decidieron bajar la cuesta para investigar. Descubrieron que cuatro figuras que "caminaban en zig-zag" venían subiendo por el camino. Según Ramos, la figura que parecía ser la principal portaba un dispositivo que emitía luces de distintos colores, moviéndola en sentidos opuestos. Los intrusos eran poco amigos de la luz artificial, puesto que al apuntar una linterna contra ellos, retrocedieron con rapidez.
En varias ocasiones, los ocho humanos confensaron estar completamente rodeados por esto seres, descritos como altos, de brazos largos, ojos desmesurademente grandees y orejas puntiagudas.El azorado grupo oró porque amaneciera pronto, ya que el asedio de los seres no humanos era interminable.
El encuentro de El Yunque figura entre los casos más importantes de los que se tiene conocimiento dada la cantidad y la calidad de los testigos. No sólo eso, sino que el incidente tuvo secuelas inesperadas: el día después del incidente, la madre de uno de Efraín Arroyo, quien había tomado fotos infrarrojas del incidente, sintió que una presencia invisible trataba de extraer la película su recipiente, colocado sobre una repisa. El temor la obligó a abandonar su hogar. Posteriormente se producirían fenómenos clasificables como "polterigeist"; al ser procesada, la película infrarroja no presentó resultados esclarecedores. Otros testigos se quejaron de haber padecido pesadillas o de haber sido visitados por seres parecidos a los no humanos de El Yunque, conminándolos a no hablar del asunto y olvidarlo.
Los OVNI seguían llegando en bandadas: el 26 de octubre el rotativo El Nuevo Día presentaría en su segunda página la foto del ovni fotogafiado por William Rosario, fotógrafo profesional enfrascado en labor de captar imágenes del recinto universitario de Mayaguez. "Era un objeto redondo que volaba rápidamente, pero no hacía ningún ruido", declaró Rosario al periódico. "Súbitamente, dió un viraje de unos 45 grados y se perdió tan rápidamente como desapareció...volaba a la misma altura de los aviones comerciales, pero es algo muy distinto a todo lo que he visto en mi vida". Otro OVNI, girando y echando llamaradas, deslumbraría a docenas de testigos apiñados en la plaza pública del pueblo de Maricao el 7 de noviembre; en pocos días más platívolos harían acto de presencia sobre San Juan de Puerto Rico, siendo fotografiados no sólo en el casco urbano sino en comunidades adyacentes.
Ese mes se produciría otro caso clásico y que muchos lectores recordarán de los escritos del investigador Salvador Freixedo: el encuentro entre una recepcionista y un "hombre de negro" (MIB, por sus siglas en inglés) en horas de la tarde y en plena ciudad.
La señorita D.L.I., recepcionista en una agencia de empleos, entabló una conversación con un hombre vestido de traje negro que parecía recién estrenado. La camisa blanca el individuo parecía estar hecha de "una tela que nunca había visto". El hombre tenía manos y brazos inusualmente largos, con dedos alargados y finos que intentaba disimular. La conversación giró sobre temas ambientalistas y antibelicistas, y que la humanidad debía plantearse cambios morales. Al concluir su intercambio, el personaje le dijo "Nos veremos pronto" -- despedida idéntica a la que se ha registardo en otros casos de HDN en los EE.UU., donde la supesta despedida de estos seres ha sido "we'll see you in time".
Casi parecía que los problemas contra los que luchaba el mundo de día en los campos de la política, la economía y la religión tenían su segunda parte después de la puesta del sol. No sólo había que enfrentar largas filas para repostar carburante, sino que también había preocuparse por lo que pudiera estar al acecho en la oscuridad.
La investigadora Irena Scott, recordando al "año del humanoide", comenta que los avistamientos múltiples llegaron a tal grado que hasta la fuerza aérea (USAF) se vio obligada a calmar el pánico que experimentaba la población al decir que las luces y explosiones en el cielo habían sido producto de una prueba atmosférica realizada el 18 de octubre de 1973 desde la base Eglin. "De ser así", pregunta la investigadora, "¿cómo es posible que una prueba creara ovnis que perseguían taxis y los camiones de lo granjeros?"
Pocos días después, el general George S. Brown de la USAF hizo una declaración estremecedora: "No sé si se habrá contado esa historia antes, pero ellos [los OVNI] nos plagaron durante la guerra en Vietnam". Estas palabras, recogidas por los investigadores Stanton Friedman y B. Ann Slate, resultan en una franca admisión por la cúpula militar estadounidense en la existencia del fenómeno, aunque el general concluyó que los ovni que habían resultado en "una batalla en que un destructor australiano recibió un impacto directo" habían sido un fenómeno atmosférico.
Tales descripciones podrán sonarnos un poco melodramáticas, vistas desde nuestra perspectiva en los albores del siglo XXI, pero la preocupación entre el público en general alcanzaba niveles alarmantes. Irena Scott afirma que su madre, vecina de la ciudad de Columbus en el estado de Ohio, declaró que muchas personas que no creían en el fenómeno habían comenzado a tener sus propias experiencias y avistamientos: "Dijo que la gente comenzaba a esconderse en sus casas y que daba miedo salir de noche". En otras partes del país, a la par que progresaba la oleada ovni, las madres se negaban a dejar que sus niños fuesen al colegio por temor a ser secuestrados.
El fallecido investigador Leonard Stringfield, cuyos informes especiales alimentarían las calderas de la creencia en el choque de Roswell durante los '90, describió la situación así: "Durante el asedio de 1973, Cincinnati (Indiana, EUA) al igual que muchas otras ciudades, mantenía una apariencia externa de sosiego durante el día, tramitando sus asuntos como siempre. Pero la ansiedad sobre el fenómeno OVNI aumentaba después del crepúsculo. La prensa, la radio y la televisión abanicaban las noticias ovni con tal intensidad que llegué a preguntarme si los vecinos de Cincinnati estaban siendo sometidos a pruebas de reacción psicológica. Se podía palpar el nerviosismo de la ciudad a la par que se recibían cientos de llamadas en cualquier organismo oficial interesadas en recibirlas. La centralita de la policía de Cincinnati estaba abarrotada. Sin embargo, la gente que vivía en granjas aisladas y otros lugares apartados a menudo sentían un terror crudo cuando sus rutinas cotidianas tocaban a su fin después del ocaso."
Palabras impresionantes que podemos leer desde la comodidad que nos ofrecen la distancia y el tiempo.
martes 18 de mayo de 2010
Las Cañadas
Por Elisa Medina Rodriguez
Las Cañadas, más concretamente el Parque Nacional del Teide, es la zona más alta de la isla de Tenerife y de España. El 22 de Enero de 1954, fue declarado Parque Nacional, y considerado uno de los más antiguos de España, siendo el 28 de Junio de 2007, tras cinco años de arduo trabajo y esfuerzo, declarado Patrimonio de la Humanidad.
También en esta zona se encuentra el monumental volcán del Teide con sus 3.718 metros, es el pico más grande de Canarias y de España, siendo el tercer volcán más grande del mundo desde su base.
Existe una leyenda sobre Echeyde que así llamaban al Teide los antiguos aborígenes “Guanches”, siendo esta muy similar a las que existen en otras partes del mundo asociadas a los volcanes. Echeyde significaba para los Guanches “infierno”, según sus creencias, en su interior vivía “Guayota”, el demonio, el mal. Cuenta una leyenda, que un día, Guayota raptó al mismísimo Dios Magec (Dios del sol) y lo llevó hasta el interior de la montaña, no permitiéndole escapar. De repente, se hizo de noche en todas las islas. Los atemorizados Guanches acudieron a Achamán ( Dios de los Cielos) para que les prestara ayuda para vencer al mal, compadeciéndose de ellos les ayudó, y comenzó una encarnizada lucha contra Guayota, resultando la victoria y liberación de Magec, devolviendo éste la luz, Achamán tapó la entrada del volcán para evitar que Guayota pudiera salir, se dice que a este tapón se le denomina Pan de Azucar, siendo el último cono del volcán de color blanquecino que corona el Teide.
Actualmente nadie piensa que el Teide tenga que ver con las fuerzas del mal, todo lo contrario, muchos creen en el poder de las fuerzas telúricas que las hacen responsables de fenómenos extraños, apariciones de luces de varias morfologías y colores, estáticas o en movimiento, esferas, ovnis, extraños seres de blanco, etc.
En 1978, las Cañadas del Teide fue testigo y escenario de un hecho muy curioso y multitudinario. Miles de personas se reunieron en el enigmático y mágico Valle de Ucanca, para celebrar lo que se denominó Operación Unidad Planetaria, tratándose de enviar pensamientos de paz y amor a todo el planeta. Esta operación se expandió a diferentes lugares del mundo pero se afirmó que todo lo habían programado entidades de otra dimensión, todo esto provocó que a la misma hora y día, miles de personas se reunieran a las faldas del Teide durante varios años para seguir creando energía mental y vibraciones positivas.
CASOS SIGNIFICATIVOS
Antiguamente se desplazaban muchos enfermos de tuberculosis del norte de Europa, para hacerse curas de enfermedades sobre todo pulmonares. En 1906 en Bruselas y en una conferencia internacional contra la tuberculosis, muchos científicos llegan a la conclusión de que las radiaciones solares de las Cañadas del Teide son de una magnitud única debido al aire puro exento de vapores y ser la luz solar siempre directa, de mejor efecto que la acción difusa. Estas condiciones la sitúan a las Cañadas como uno de los lugares ideales para la curación de enfermedades pulmonares. Citamos estos datos por un caso extraño que les sucedió hace bastantes años a un grupo de montañeros Tinerfeños, bastante conocedores de toda la zona, que se dispusieron a hacer noche, para luego al día siguiente subir al Teide. Por diferentes causas y a pesar de crear numerosas “Juntas” o “Sociedades”, todas las obras proyectadas no vieron la luz y solo se concluyó la primera fase, consistente en la vivienda de un medico con un garaje y establos, muchas personas se desplazaron a este lugar procurándose cobijo autoconstruido con piedras y ramajes y es por eso por lo que este médico decidió utilizar su vivienda, llegándose a conocer como las casetas de los Alemanes. Después de este sanatorio han sucedido diferentes casos extraños uno de los más significativos es el que les ocurrió a estos montañeros mencionados anteriormente. Esa noche después de haber cenado y charlado durante un buen rato, se dispusieron a ir a dormir para levantarse temprano, cada uno a su caseta de campaña, mientras sacaban sus atuendos y ropas de abrigo escucharon ruidos como de arrastre, uno de ellos le gritó a sus compañeros diciéndoles que dejaran el vacilón y las bromas y se durmieran yá, pero todos contestaron que no estaban haciendo nada, mientras continuaban los sonidos, cuando se asomaron a ver que era aquello, estupefactos se quedaron al ver que no había nada, pero las mochilas continuaban moviéndose de un lado a otro y a una considerable velocidad, dado que no existía tal ventolera que pudiera crear aquella situación, más asustados se quedaron, ya no pudieron conciliar sueño alguno; esto, duraría como entre cinco y diez minutos, aún hoy se preguntan que pudo haber sido aquello y no obtienen respuesta.
Otro caso fue el sucedido a dos guardas forestales cuando estaban arrimados a un lado del lugar fuera de la carretera, al no ser muy común que a aquellas horas de la noche y en el lugar en el que se encontraban hubiera alguien por allí, anotaron la matrícula de un coche que se les acercaba, era una Renault express de color blanco decían, por lo que pudiera suceder, pero al ver que sólo pasaron de largo no le dieron mayor importancia, hasta que pasado un buen rato. Este coche volvió a aparecer, esta vez sí llegaron a ponerse junto a ellos como para preguntarles algo, contaron que eran dos hombres algo extraños por la manera en que vestían, apreciaron que eran bastante altos y delgados, y que les cubría sus cuerpos una especie de traje de buzo muy ajustado hasta las cabezas, como si de una capucha se tratara, también de color blanco, les miraron y se fueron, (hasta ahí recuerdan), porque como si de un sueño se tratara, estos dos guardas no se cruzaron palabra hasta que al día siguiente comenzaron a recordar. Uno de ellos le preguntó a su compañero, que era lo que había estado hablando con ellos y este le respondió que le iba a preguntar lo mismo a él, que lo vio hablando con ellos pero que él no había hablado nada. Los dos estuvieron hablando con ellos pero no recuerdan nada de esto, lo más misterioso es que por medio de otros compañeros policías, pasaron a investigar la matrícula del coche y el mismo, pero descubrieron que no existía tal coche ni tal matrícula.
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